lunes, 6 de febrero de 2012

Acabar el baile

Tengo presente aquel párrafo de Manuel Vicent donde soñaba una manera elegante de acabar con este baile, sentado 'en una mecedora blanca con un sombrero de paja junto al Mediterráneo y guardar un silencio definitivo durante muchos años mirando el horizonte sin mover una pestaña’.

Era un párrafo sensato, al modo de que los que compone Manuel Vicent para nuestros gozos, emparejando su deseo de que el hombre sea un dios, que el Mediterráneo sea siempre El Mar y que un guiso de arroz nos espere a todos llamándonos con su aroma de azafrán desde la sombra de una higuera. Todo en unas mismas líneas.

Me temo que, al paso alegre de la paz, esa placidez está cada vez más lejos de nuestra realidad más inmediata. Lo siento Maestro. Esta vez y si esta izquierda kaliyuga no lo remedia, sí que nos van a hacer la pascua, por decirlo de manera fina, y dejarnos sin mecedora, sin sombrero, sin mar y hasta sin paella. Un sindios, vaya.

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