jueves, 3 de octubre de 2019

Camino hacia la nada

De sopetón se acabó el estancamiento económico de Aranjuez; si es que se puede denominar así a este lento declive hacia el estado de municipio fallido. Ha perdido 85 puestos en la clasificación de municipios españoles por Renta Disponible y  3 en la clasificación de los municipios madrileños por Renta Bruta en tan sólo 3 años. Es decir, somos más pobres.

Además, la desigualdad en la distribución de la Renta Disponible en los Hogares dibuja un contexto social muy desigual e injusto. Entre los distintos barrios de la ciudad y aunque la media se aproxime a los 24.000 euros anuales por hogar, existen diferencias de más del 100 por ciento de renta disponible entre los que más reciben y los que no nadan en la abundancia a la luz de estos datos. La Agencia Tributaria y el Instituto Nacional de Estadística hablan de una ciudad a dos pasos de qué alguien grite el último apague la luz.
Mapa estadistico de la distribución de Renta Disponible en Aranjuez

Esta realidad contrasta con un universo de planes de dinamización inaplicados o malbaratados, inyecciones económicas estatales y rescates presupuestarios sumándose uno a otros que, pese a todo, los sucesivos gobiernos locales, - sí, esos sobre los que planean los sumarios judiciales contra la corrupción-, han presentado como un ejemplo de éxito económico.

Nunca unos gobiernos locales están siendo más ajenos  a la suerte que corren sus ciudadanos. Sin planes para activar la economía, sin ideas para el futuro, -lo único que se percibe es una demanda gremial para la liberación urbanística que acabará matando lo que es genuino y sostén del turismo de Aranjuez, su principal fuente de ingresos-, el gobierno del Partido Popular, como antes hizo el del Partido Socialista, ni parece preocupado ni se interesa por otra cosa que no sea el de difundir sus idearios locales tóxicos mientras se enzarzados en tontunas. Como la oposición y la Política, la nueva, la vieja o la transideológica, ni están ni se las espera en esta fiesta de rigodones, cabe solo enfrentar a la demolición progresiva de los servicios públicos con la mejor de las caras posibles a la espera de que la orquesta deje de tocar por falta de aire.