lunes, 18 de marzo de 2019

Se acabó el Trasvase

49 personas  y un alcalde habitan Mantiel que tiene un antiguo balneario, un par de casas rurales y una antigua ermita edificada en el siglo XVII para proteger de la peste a sus vecinos. Julián Rebollo es primer edil y presidente de la asociación de municipios de la zona de Entrepeñas y Buendía. Junto a otras organizaciones sociales, ha batallado contra el Trasvase Tajo Segura y obtenido una sentencia histórica del Tribunal Supremo que impide el expolio del río Tajo.

Entre los demandantes no figura ningún municipio madrileño.Tampoco el de Aranjuez. El más beneficiado por esta disposición judicial no figura en ninguna de las 49 páginas de la sentencia que pudo obtenerse desde la aprobación de los Planes Hidrologicos si se hubiera deseado. Quizás sus respectivos gobiernos locales no quisieron enfrentarse a las estructuras estatales de los partidos y se temía que la disidencia se pagara con postergaciones personales, - el escalafón es el escalafón -. Quizá se movió por pura inercia institucional,  o por incapacidad personal para determinar las líneas estratégicas inherentes al desarrollo de la localidad. ¡Quién sabe! Nunca han sido proclives a proporcionar explicaciones o argumentar decisiones. No, al menos, con sinceridad u honestidad.

El caso es que  los ministerios del ramo de Medio Ambiente  se fueron sucediéndo sin molestia alguna desde el Ayuntamiento de Aranjuez salvo ocasionales escenografias diseñadas para salvar la cara. Todos, desde Josep Borrell hasta Teresa Ribera; pasando por Isabel Tocino, Elena Rodríguez, Arias Cañete o García Tejerina mantuvieron una legislación abusiva que administró el agua como un patrimonio personal en beneficio de las energéticas y de las grandes sociedades anónimas agrarias o de transformación agrícola. 

Mantiel se ahorró cansinos documentos e interminables discusiones movidas al albur del estatu quo de la política nacional. No anduvo ese camino cansino e hilarante de las inútiles mociones plenarias y los actos estrambóticos usuales e ineficaces de nuestra ciudad. Con 49 vecinos no hay  mucho pleno municipal que valga y eso fue una baza a favor. Acertó a argumentar contra la determinación legal de los volúmenes excedentarios y sus caudales mínimos del río y ha ganado todo un patrimonio natural con esa acción. Pudo hacerse en otras partes del territorio geográfico y político del curso del Tajo. Pero no fue así para desgracia de sus habitantes.
Finalmente ha ganado una demanda a la que no auguraban mucho recorrido y abierto un camino a recorrer por las Administraciones Locales. Un pequeño municipio de 49 habitantes y su alcalde han conseguido que el Tribunal Supremo acabe con el expolio del río Tajo y el trasvase de su agua a un Levante insostenible y que sentencie sobre lo imperativo de fijar caudales ecológicos que doblan la cifra actual con la que se castiga a Aranjuez, y triplican los que pasan aguas abajo de la desembocadura del Jarama. Y que quieren: que una localidad como la de Mantiel tenga un alcalde como Julián Rebollo me produce una envidia terrible por comparación. Habrá que tomar nota.