martes, 7 de junio de 2011

No nos representan

Impávidos. Como si no fuera con ellos. Llamándose a andana. Lo  mismo rosas que gaviotas. Ni les interesa conocer que hacemos en la calle.

Ni saben cuanto ha bajado nuestro poder adquisitivo ni como ha variado las condiciones de trabajo. No saben, ni quieren saber, como nos tratará el futuro tras el derribo de ese estado del bienestar (si, pero pequeño, mezquino y manirroto) que no acabamos de construir cuando ya se habían puesto a demolerlo sin distingos de color o ideología. Todo sea por el bien de los mercados ¡compañeros!.

No leen las líneas ni escuchan las voces que dicen que las brechas sociales son más numerosas y profundas, (No veas el tajo en el corazón que te pegan cuatro millones de parados). Están en su limbo privilegiado tirándose a la cara acusaciones mezquinas, mientras comparten los mismos privilegios de casta endogámica, los mismos comisionistas, las mismas perversiones de caciques de la CEDA y la misma moral podrida o la misma ausencia de moral.

No será el final la constitución de los ayuntamientos. Será solo un nuevo principio de un acto nuevo en una larguísima obra de teatro prevaricadora y corrupta, escenificada por hampones y gente de mal vivir. Termina con ello. Diles que no. Que, de ninguna manera, una mano lava la otra. Que no nos representan. Grítaselo a la cara para que, al menos, no aleguen ignorancia. Que sepan que están exterminando la democracia y es nuestra.

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