lunes, 13 de junio de 2011

Mola Quintana

Molan las políticas como Pilar Quintana que se lo creen y ejercen. Esas que se marcan un chotis jacarandoso sobre democracia, administración local, ciudadanos, tolerancia y nosecuantas cuantas cosas más de la vida ciudadana con palabras que llegan a la cabeza y el corazón. Mola esta política de la que  puede aprenderse una hartura sobre honestidad, lealtad al electorado y  neutralidad de la  función pública.

Aunque tiene sus inconvenientes. Sin izquierda que cuente en la ciudad y  el PSM dejado para el arrastre por el “dignísimo” Dionisio, Pilar Quintana se ha convertido en el referente de esta eclosión del huevo de la serpiente en Aranjuez y en blanco de las invectivas groseras y chabacanas de sus cachorrillos azul mahón.

Las excombatientas amojamadas de banderas imperiales tambien han tachado a Quintana de la lista del género humano. De igual manera, los neocons de brillantina reluciente y expectativas de beneficios, los antiguos y nuevos cacicones de patrimonio oscuro y, en fin, toda esta banda de totalitarios que para dar fé y marchando en filas prietas, recias y marciales,  secuestraron el acto institucional a punta de grito y lo convirtieron en  el más uno, grande y libre desfile de la victoria que pueda imaginarse. A costa de las formas y los modos de la democracia.

Ahora bien. Por eso mismo o, quizás por todo lo contrario, Pilar Quintana y su formación política son un esfuerzo digno de apoyar para los que, como ella, han reclamado decencia en la vida ciudadana y se han posicionado a favor del  triunfo de la sensatez, la lógica y el sentido común en la administración de los recursos públicos. Ya digo que me mola esta política capaz de creer en la honestidad. Algo de lo que andamos muy necesitados en esta ciudad, casi tanto como de políticas que crean en el imperio del Derecho y en los derechos de los ciudadanos. En eso, creo yo, Quintana les saca a todos una ventaja de órdago.

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