martes, 5 de septiembre de 2017

Ante todo ya veremos.

Las auténticas consecuencias del Plan de Ajuste está aún por llegar. El escenario que dibuja y que aceptarán los representantes políticos, puede que hasta Aranjuez Ahora incluido mediante la abstención de algunos de sus miembros, no son más que líneas maestras de lo que se avecina. Lo anuncian las proyecciones presupuestarias elaboradas por los empleados públicos por encargo del Gobierno local y a partir de las imposiciones del Plan de Ajuste. Un ejemplar de estas cifras sobre el desarrollo presupuestario del Ayuntamiento de Aranjuez hasta 2035 fue distribuido a todas las formaciones políticas; lo que descarta aducir su ignorancia como disculpa ante el electorado. 
En las aproximas discusiones plenarias más vale fijarse en las tomas de postura. Mostrarán la proclividad de cada uno a meter la mano en el bolsillo de los ciudadanos para tapar las desvergüenzas e impudicias protagonizadas en los últimos años por los rectores municipales del Partido Popular o el Partido Socialista que  tanto da que da lo mismo a estas alturas.



Algunas líneas maestra de las cifras dejan entrever lo importante de las proyecciones de presupuesto en los próximos 18 años no por lo que dicen sino por lo que puede deducirse de ellas. 
Primera deducción:Las previsiones de ingresos pueden no cumplirse; y  puede que no se cumplan  ya que superan en mucho la media aritmética de los tres últimos ejercicios que recomendaría cualquier economista; por el contrario, presupuestan un importante incremento de los impuestos directos cercano al 35 por ciento. 
Segunda deducción: Los gastos pueden crecer en una cuantía indeterminada: por sentencias judiciales desconocidas, por la nula contención de los gastos salariales, por aumento del Remanente Negativo de Tesorería, (Para entendernos, la cantidad mínima necesaria para abrir las puertas municipales), que alcanzó en 2016 un crecimiento medio del 46% . 
Tercera deducción: cualquier causa en esta situación volátil y frágil y a tan largo plazo puede ser el detonante para un nuevo plan de ajuste de consecuencias desconocidas y con alcances imprevisibles sobre los recursos de los vecinos.

Hay, sin embargo, un alto valor estratégico para los partidos firmantes. Lanza la deuda hacia adelante para comenzar a saldarla a mediados de ese período de 17 años. Para entonces, ya puede venir el Ministerio con todas sus legiones. El otro objetivo es de carácter táctico patrimonio exclusivo del Partido Socialista: eliminar presión presupuestaria en las últimos dos años de su mandato municipal para no enajenarse el fervor del respetable y diseñar los presupuestos de 2019 para condicionar y crear dificultades de ingreso y gasto al gobierno de la Corporación nacido de esas elecciones locales. Ahora vayan a reirle las gracias sobre la transparencia, la objetividad y el interés supremo de nuestra colectividad por encima de otras consideraciones  y no se cuantas estupideces más que  se propalan por todos los medios. 

En ese año, los presupuestos proyectados por el Partido Socialista iniciaran el pago de los intereses de la deuda local por todos los conceptos y la subida del incremento del Impuesto de Bienes Inmuebles (IBI), Tasas y Precios Públicos. Todo ello tendrá un brutal impacto sobre las economías familiares, la desaparición de las exenciones fiscales y otras medidas presupuestarias aunque el alcance temporal tan dilatados  impidan precisar al detalle todas las circunstancias que puedan ocurrir. 

Una cosa es cierta y notable: lo real de los importes morosos hasta ahora con la venia del Tribunal Superior de Justicia de Madrid o de la Sala del Supremo. Cerca de 17 millones a Liberbank, (una de las consecuencias de la absorción de los balances de SAVIA), Otros tanto por sentencias judiciales adversas mas sus intereses entre las que se incluye  el pago por la demanda de la empresas recogedora de residuos urbanos. Todo se aplaza para el día siguiente a la convocatoria de Elecciones Locales. 
Pasado ese período de gracia que se autoasigna el Partido Socialista, demora tras demora, inacción tras inaccion para aplazar lo inevitable, es cuando comenzará la situación jodida de verdad para los ciudadanos que ya soportan una deuda per capita cercana a los 4.00 euros. 
Con una economía en declive, la alta incidencia del desempleo o el empleo temporal y precario con salarios risibles, las altas tasas de ingresos en negro y un comercio exhausto vamos a necesitar o grandes dosis de suerte, gobiernos responsables o que el tiempo lo cure todo. Más bien yo les deseo muy buena suerte.

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