No debería estar aquí haciendo el payaso. Puedo distraer unos euros
al mes para adquirir libros. Dispongo de conexión online para
comunicarme con mi entorno más inmediato o lejano. Puedo seguir
algún curso, a distancia ahora, sobre Historia Antigua, Fotografía o Arte Románico; tres materias que me han apasionado desde
adolescente. No dependo de servicios públicos culturales que
aminoran estas necesidades tan básicas e imprescindibles de otros.
Así que no. No debería estar aquí haciendo el payaso, ojeando un libro junto a otras personas a las que supongo haciéndose la misma reflexión que yo: ¿Pero qué hacemos aquí?. Igual quiero romper sin estridencia el silencio municipal sin distinciones que ha caído sobre Aranjuez con el cierre o la ruina de múltiples dotaciones culturales demolidas por la incuria y la abulia. Puede ser la necesidad vital de decir ¡No, joder! a una institución municipal que maltrata a sus ciudadanos de mil maneras posibles. Es querer impedir que esta condición de municipio fallido se acentue en los próximos años sin los imprescindibles centros culturales, asociativos, bibliotecas públicas o centros juveniles. Por la seguridad de que se dejará, una vez más, a un gran porcentaje de la población juvenil sin alternativas culturales, formativas o educacionales para eludir un paupérrimo futuro laboral después de un década de crisis económica continuada y sin descansos posibles.
Me viene a la cabeza que, como en otras ciudades españolas, un gran porcentaje de población de toda edad solo tiene como alternativa el uso de las dotaciones culturales públicas a la ausencia de tecnología o condiciones de estudio con las que bregan en sus hogares. Que un buen número de niñas y niños solo tienen como único recurso la arruinada biblioteca pública y ya ni eso.
Me parecen buenas razones para estar aquí haciendo el payaso y hojeando algún libro, (Julio Llamazares y su “Memorias de la nieve”). Estoy quizá por mi, -¿quién sabe?-, pero seguro que por todos ellos y por todos los que me acompañan en estas tardes de viernes, “esos días azules y ese sol” que me recuerda la infancia, en la Plaza de la “Maniblanca”, - con licencia de la diosa-, con amigos o desconocidos con los que comparto una simple lectura y ¡ojala! un mínimo de compromiso para revertir esta situación.
En una emisión radiofónica de ayer, Nativel Preciado dijo que la “Libertad es una librería”. Estuvo bien traído en unos tiempos en los que se asimila a una lata de berberechos. Añado a su conclusión feliz que la Libertad es, además, techado y protección para la Cultura, una Biblioteca Pública, dotaciones culturales, cobijo asociativo y jamás, jamás, jamás, inversiones públicas de 21 euros por persona y año que han reducido nuestros servicios públicos a escombros.
Así que sí. Estoy aquí haciendo el payaso por mí y por otros semejantes más o menos afortunados que yo. Con la esperanza y seguro de que una cara blanca y carcajeante puede más, tiene más vida y mas razón de la que tendrán nunca quienes han demolido la ya escasa estructura cultural de Aranjuez. Sí, “Hunos”y “Hotros”.Cualesquiera que sean.