jueves, 23 de agosto de 2012

Campaña de Medicos del Mundo

No es un gobierno. Es un  objetor global a las convicciones democráticas. Está dejando centenares de víctimas tendidas en la calle y relevantes convicciones dignas arrumbadas en los cubos de basura. Los mismos cubos acerrojados por el alcalde de Gerona en nombre de la 'dignidad social'.

Aunque esten ganado terreno, hay personas empeñadas en reventarles ese invento que entierra necesidades públicas y demandas ciudadanas en estafas y fraudes; en malversaciones por miles, o  en aeropuertos vacios. Hay organizaciones cívicas emperradas en denunciar que las plataformas de ferroviarias de alta velocidad, las autovias de peaje para empresas amigas y los costosísimos edificios bancarios se erigen sobre necesidades sociales insatisfechas, sobre futuros ciudadanos iletrados y supersticiosos, sobre exclusivismos sociales que marginan, sobre enfermos inatendidos que serán mañana cadaveres. 

Quizás sea el momento de echarles una mano que muestre la pasta de la que están hechos los ciudadanos legítimos. Las personas enteras tan distintas a esa raza de saqueadores que, en un momento u otro, hemos elegido  que nos representen para nuestra desgracia.


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